Hacer sentir bien al cliente no es tan difícil como parece. Se trata, básicamente, de conocerlo y entenderlo a niveles que ellos lo noten y lo puedan experimentar.
A continuación se enlistan 9 trucos básicos para hacer sentir bien el cliente desde el primer contacto con la empresa:
1. Amabilidad. Esta es la forma más simple de hacer sentir bien a alguien, no únicamente a un cliente, sino a cualquier persona con quien se tenga relación. Decir: “por favor” y “gracias” es el resultado de una buena educación que nunca está de más. Las respuestas hacia el cliente siempre deben ser amigables y comprensivas, intentado emplear un tono de voz afectivo genuino.
Se debe recordar que la amabilidad exagerada o forzada no es bienvenida, así que los gestos honestos de cordialidad son la mejor forma de lograr que un cliente regrese completamente satisfecho.
2. Mostrar una sonrisa honesta. Un gesto más de amabilidad genuina. La sonrisa honesta abre muchas puertas y hace sentir al cliente bien recibido. Por lo tanto, debe practicarse con cada consumidor grande o pequeño.
3. Tratar de no olvidarlo. Cuando un cliente es recordado, se siente importante. Siente que su compra o su estadía en la empresa no fue en balde y que significa algo para la misma (y para los empleados y dueños, por supuesto). Este truco resulta aún más efectivo, si se le recuerda por su nombre de pila, aunque es imposible que se recuerde a todos los consumidores cuando son grandes cantidades de ellos, es bastante efectivo que su rostro (al menos) pueda ser identificado, sobre todo si es un cliente frecuente.
4. Escucharlo y tomar en cuenta sus opiniones. Otra forma muy sencilla de hacer sentir bien al cliente es poniendo atención a sus necesidades, deseos, ideas, sugerencias, críticas y quejas; y no solamente escucharlas atentamente, sino atenderlas a la brevedad (en la medida de lo posible). Que el cliente note que la empresa se preocupa sinceramente por mantenerlo satisfecho.
5. Dar al cliente lo que quiere y más. Preocuparse por superar las expectativas del cliente todos los días. Las buenas relaciones con el cliente se forjan desde el momento en el que es bien recibido, hasta el momento en el que sale de la tienda o empresa completamente satisfecho y con más de lo que esperaba recibir.
6. Cumplir las promesas siempre. Una empresa que no cumple lo que promete genera disgusto y desconfianza. Por consiguiente, pierde clientes y relaciones comerciales a largo plazo. Si no es posible cumplir con algún ofrecimiento, es preferible evitarlo; esto refleja cierta integridad y valores empresariales.
7. Aclarar dudas. Gran parte de la necesidad de escuchar al cliente es que se sienta seguro de que su opinión es relevante. Por ello es de suma importancia aclarar sus dudas lo más eficazmente posible, cuanto antes, mejor. No es para nada recomendable que el usuario se retire con preguntas sin contestar o respondidas a medias porque da motivos suficientes para pensar que probablemente el producto o servicio ofrecido no es tan bueno como parece.
8. No hablar mal de la competencia delante de un cliente. Punto clave que muchas empresas, sobre todo pequeñas, siempre hacen inadecuadamente. Hablar mal de la competencia da a pie a que el cliente desconfíe y piense mal de los valores organizacionales.
Si un cliente se expresa positivamente de la competencia, lo mejor es guardar silencio y escuchar atentamente, si se considera recomendable refutar, es posible hacerlo, pero siempre educadamente y únicamente comentando los beneficios del propio producto o servicio.
9. Tratar bien a los empleados. Aunque no lo parezca, algunos clientes suelen prestar atención a gran parte o a todo lo que surge alrededor de la empresa. Podría llegar a generar desconfianza si el cliente observa el maltrato hacia los colaboradores.
Además, más allá de lo que consumidor observe, un empleado molesto podría no ser siempre el más amable. Así que, una manera de tratar bien al cliente, es tratando bien a las personas que trabajan bajo nuestro mando.
¿Cuáles son los 8 puntos claves para tener una excelente imagen empresarial?
La buena imagen empresarial genera un valor agregado para el cliente. Una empresa se vuelve grande, exitosa y reconocida si es coherente, y si su imagen es “socialmente aceptable”.
Si bien, existen varias maneras de lograrlo, a continuación se presentan los 4 puntos más importantes y sencillos:
Ofrecer productos y servicios de calidad. Básico. Es por todos conocida la importancia de la calidad de los productos y servicios que se ofrecen, ya no solo por el cliente, sino por la imagen empresarial, de los socios y los empleados que dan la cara al público. La falta de calidad es una de las principales razones de la pérdida de clientes y de la falta de reputación de una marca.
2. “Kaizen” = mejora continua. La mejora continua o “kaizen” (término japonés), se refiere a la búsqueda de la minimización o eliminación de errores en todas las áreas de la empresa. Si se aplica en todas las situaciones, en todas las áreas, en cada actividad y proceso, es un hecho que la imagen de la empresa no será buena, se convertirá en sinónimo de excelencia y primera opción de los clientes a la hora de realizar una compra.
3. Excelente atención al cliente.El trato con el cliente debe ser impecable. Sus dudas deben ser atendidas y respondidas a la brevedad. Si bien, el cliente no siempre tiene la razón, es importante estar al pendiente de que sus quejas y sugerencias tienen bases sólidas y resolver sus problemas lo antes posible. Esto le genera confianza al consumidor, lo fideliza y crea una buena imagen empresarial.
4. Comunicación publicitaria coherente con la marca. Una marca que hace lo dice, es una marca íntegra. Los valores y su comunicación deben estar en sintonía. Si la marca tiene un enfoque hacia el cliente y dice que lo hace, el cliente tiene que ser capaz de notarlo tanto en su publicidad, como en su trato. Si la compañía presume de estar preocupada por el medio ambiente, debe mostrarlo en sus productos, su comunicación, sus materiales y sus acciones.
6. Contar con una excelente imagen en internet. Las redes sociales y la página web de la empresa son, muchas veces, el primer contacto con el cliente. Frecuentemente los consumidores conocen a una marca o compañía gracias a estos medios, por lo tanto, una imagen de integridad y empatía pueden ser puntos determinantes para que el cliente sienta que merece la pena visitar las instalaciones o realizar una compra en línea.
7. Emocionar al cliente.Cuando el cliente sale más que satisfecho, feliz por sentir que su compra fue la mejor decisión que pudo haber tomado, la empresa no solo generó dinero, sino la posibilidad de ganar nuevos clientes por medio de la publicidad “boca a boca”. Esto es una excelente imagen para la compañía, y si cada cliente sale de la tienda con esa sensación de conformidad, la publicidad y la percepción que los próximos clientes potenciales tengan será sumamente beneficiosa y aportará muchísimo valor agregado a la marca.
8. Humanizar a la compañía. Esto habla de crear lazos, tanto con el cliente como con los proveedores, empleados, supervisores, personal independiente, y todos aquellos que hacen posible que la empresa siga en pie. Se trata de que la compañía sea “socialmente responsable”, que se preocupe por el ambiente y por las personas, y que busque siempre la empatía. No solo se trata de vender, sino de generar sentimientos positivos en quienes compran y en quienes colaboran.
La marca personal es muy importante, a los clientes les interesa saber qué hay detrás de los fundadoresde las compañías o negocios, sus fracasos, sus logros, sus esfuerzos, de ahí la importancia de construir la propia marca personal. Lo cual significa que se debe de hacer una esmerada campaña de marketing de ti mismo y del propio negocio.
Construir una marca personal
Conocerse a sí mismo
Para crear una buena marca personal un empresario o emprendedor debe hacerse distintas reflexiones de el mismo, para esto los expertos señalan los siguientes cuestionamientos: “¿Quién eres? ¿Qué ofreces? ¿Qué aportación realizas al mercado? ¿Qué te hace diferente? Es importante hacer una lista con los puntos fuertes y débiles”, donde las cualidades más ofertadas son la creatividad, carisma, eficacia, especialización, adaptabilidad, ética, polivalencia o rapidez, todos valen para crear la marca personal, solo depende de la situación, la tipología del proyecto y, por supuesto, las propias capacidades personales.
Acercarse a los contactos
Si la marca personal crece, los contactos también lo harán, por eso, las relaciones se volverán más dinámicas y asertivas al momento de tener la oportunidad de ayudar a alguien sin pedir nada a cambio. Concéntrate en dos maneras de networking, asegúrate de darle a la otra persona la oportunidad de beneficiarse de la relación. “De nada sirve ser muy relevante profesionalmente si nadie te conoce. El networking es, por lo tanto, un factor clave para generar visibilidad y desarrollar la marca personal”, argumentan los expertos en la materia.
La actitud cuenta
Para cualquier emprendedor que desee sacar adelante su proyecto de marca personal, deberá tener como cualidad primordial, la perseverancia y el entusiasmo, por este motivo, es fundamental poder gestionar el fracaso y salir adelante para consolidarse frente a la sociedad. Es importante recordar que muchos emprendedores han fracasado antes de tener éxito, es el caso de la escritora inglesa J. K. Rowling, autora de la famosísima saga de Harry Potter, qué inició su primera entrega de la serie en los años 90 cuando ella era madre soltera, y solicitaba apoyos del gobierno para subsistir, vendiendo su primer libro en alrededor de 4 mil dólares, más tarde se convertiría en una de las mujeres más ricas de Gran Bretaña.
Especializarse
Los emprendedores deben posicionarse como expertos en su ámbito profesional, con el objetivo de fortalecer su reputación y prestigio, para lograrlo es necesario que compartan sus conocimientos sobre el sector, ofreciendo contenidos e información de calidad, dominar el lenguaje correcto para los potenciales receptores, siendo claro, conciso y concreto, sin abusar de tecnicismos y utilizando un vocabulario siempre positivo. Conseguir una marca personal dependerá de qué tan bueno sea el personal del negocio, incluido el mismo empresario, eso significa estar actualizado con las últimas tendencias.
Combinar los canales
Forjar una marca personal depende mucho de la versatilidad del emprendedor al momento de interactuar con diversos canales de difusión, donde el offline y online son la pareja perfecta para ofrecer un mejor contenido y crear valor. Usar el offline es una de las mejores maneras de construir una imagen personal, mientras que el internet es “una herramienta accesible, útil y que no exige muchos recursos a nivel económico, pero sí esfuerzo, constancia y una importante dedicación. Además, no todo vale; hay que adaptar cada mensaje”.
Fuerte presencia
Ser fiel a los propios valores y, al mismo tiempo, tener claros la misión, visión y objetivos a perseguir, es ir dejando una huella, para que el propietario del negocio o la empresa vaya siendo reconocido y tenga una fuerte presencia dentro y fuera del ámbito laboral.
Premisas fundamentales
Las premisas fundamentales para ser reconocidos con una marca personal y contar con una buena reputación, se debe tener credibilidad, coherencia, seguridad y construir un discurso transparente, que genere confianza. También es imprescindible saber transmitir la naturalidad y adaptación del mensaje.
Crear una historia convincente
Saber contar una historia es imprescindible, más si se trata de crear una reputación, así, el storytelling personal es una obligación para los emprendedores si quieren despertar la atención, seguridad y notoriedad de su proyecto, sobre todo en las fases iniciales. Hacer y construir una marca personal no es improvisación, es estrategia, “se trata de construir una historia auténtica, con valor, diferente y que genere interés”, asegura Álex Barrera experto de Press 42 en storytelling.
Sé notorio y viable
Entre más notorio y viable te hagas, más fuerte será tu marca personal, realiza un video en vivo de preguntas y respuestas para interactuar con tus usuarios de las redes sociales. Acude a conferencias de las industrias del ramo al que pertenece tu empresa, incluso sólo para hacer networking o socializar. No te quedes en tu oficina detrás de una computadora esperando a que las cosas se hagan solas.
Sé la fuente de información
Vuélvete una fuente confiable de noticias frescas e información relevante, sobre un tema popular o noticias de última hora. Cuando te conviertes en una fuente de información tu marca se hace más fuerte, si es posible conviértete en la persona que los medios de comunicación y los periodistas contacten cuando necesitan asesoramiento de expertos o información. Esto puede servir también para construir seguidores, lo cual lleva a la gente a verte como una verdadera autoridad en la industria.
¿Cuáles son las opciones de regalo para los mejores clientes?
El cliente es uno de los tesoros con mayor valor que una compañía puede poseer. Sin duda, los mejores clientes necesitan sentirse más especiales y es importante hacérselos notar con pequeños regalos que gratifiquen, de alguna forma, su fidelidad.
Las mejores opciones de regalo para los mejores clientes se presentan en la siguiente lista. Recordando siempre que no es necesario parecer pretencioso ni buscar regalar grandes ostentaciones.
1. Muestras gratuitas de un nuevo producto. Enviar muestras gratuitas en cada orden es una forma de agradecimiento, reconocimiento y asegura que el cliente conocerá y probará las novedades de la compañía. Agregar una pequeña nota con un agradecimiento escrito, refuerza el significado y personaliza el obsequio.
2. Envíos sin costo. Si la empresa realiza envíos a distancia, una excelente opción es facilitar los envíos; sin demora y gratuitos para aquellos clientes destacados, haciéndoles saber de antemano que el detalle es el resultado de ser un cliente frecuente y especial.
3. Ofrecer un beneficio adicional. Un beneficio adicional puede ser un descuento exclusivo, una tarjeta de acumulación de puntos, apoyo para equipar y/o instalar el producto o servicio, etc. Cualquier servicio extra complementario al producto.
4. Destacar clientes especiales públicamente. Incluso los anuncios de clientes preferenciales en espacios públicos puede ser un excelente incentivo y agradecimiento. El cliente se siente único y especial cuando se ve reconocido.
5. Incluir obsequios en cada orden. Por ejemplo: membresías con descuentos, un detalle complementario al producto, un llavero o bolígrafo de buena calidad, unos chocolates o cualquier detalle significativo, agregando una nota con las razones por las que el obsequio ha sido enviado.
6. Celebraciones por fechas especiales. También puede ser válido estar al pendiente de las fechas especiales de los clientes (cumpleaños, por ejemplo) e invitarles amablemente a un desayuno, comida, cena, o simplemente un café como muestra de gratitud y aprecio.
7. Brindar horarios especiales de atención a clientes. Horarios exclusivos de atención a clientes VIP que sobresalgan del resto de los horarios para los demás clientes. Si esto no es posible; se puede abrir una línea telefónica única o una caja única para pagos, así como una línea especial de chat para atención a clientes. Lo importante es que el cliente se vea a sí mismo como un elemento especial y muy importante para la empresa.
8. Ofrecer eventos, boletines exclusivos y cursos interesantes a costos especiales. Muchas empresas envían boletines con información relevante para el cliente (sobre la propia compañía o sobre el giro en el que se desenvuelva el cliente). De igual forma pueden ofrecerse eventos como fiestas o reuniones y cursos afines a los intereses de los clientes y de la empresa gratuitos o con descuentos.
Los indicadores para medir la publicidad por internet son muy útiles para saber si la estrategia que se está siguiendo está alineada con los objetivos y si cumple con las expectativas organizacionales. Son fáciles y muy rápidos de utilizar.
De cualquier forma, siempre es mejor contratar a un experto en el marketing online para revisar cada uno de los puntos que a continuación se mencionan:
Encuestas en la página web o redes sociales. Este punto es el más “laborioso”, por así decirlo, pero no menos efectivo. Es una forma de medir la publicidad, pero también de revisar y analizar la satisfacción del cliente. Funciona en los dos sentidos si sabe cómo emplearse adecuadamente.
Costo por clic (CPC). Cuando se realiza una campaña publicitaria vía online (redes sociales, banners en páginas o en la propia) es relativamente sencillo analizar el costo por clic. Este resulta de dividir el costo de la campaña entre el número de clics logrados; este es el costo de lo que se pagó por cada clic.
Cabe mencionar que cada red social y cualquier campaña vía online cuenta con un apartado específico para analizar cuántos clics se lograron. Solo basta con entrar en la pantalla que diga “campaña publicitaria” o “publicidad” (cada red social se mueve de forma diferente) y las estadísticas se despliegan por sí solas.
Click through rate (CTR). Conocido como porcentaje de clics en español. Es el número de personas que dieron clic a la publicación entre el alcance total. Esta métrica indica el atractivo del encabezado y la relevancia del contenido para la audiencia.
Costo por adquisición. Este es, como su nombre lo indica, el costo final de cada persona que obtuvo cualquier producto o servicio que se haya ofrecido. Se mide dividiendo la inversión total de la campaña entre el número de personas que lo adquirieron.
Conversiones. Una “conversión” es cuando una persona realiza lo que la llamada a la acción le indica; puede ser: clic aquí, descarga ahora, contáctanos, etc. Por tanto la cantidad de conversiones nos da la idea de la cantidad de personas realmente interesadas en nuestro producto.
Tasa de conversión. Se obtiene dividiendo el número de persona que realizaron la acción entre la audiencia total (es decir, el número total de personas que vieron la publicación) y multiplicando el resultado por cien.
¿Por qué la publicidad por internet es altamente recomendada?
La publicidad efectiva por internet o marketing digital ha dejado de ser un mito para convertirse en una realidad. El mundo de hoy exige la innovación del internet como medio efectivo para darse a conocer. Dicen que la empresa que no está en la red, simplemente no existe, y eso es una realidad.
Sin embargo, que el internet sea global es una gran ventaja tanto para internautas, como para empresas y anunciantes. Estas son 8 de las grandes ventajas con las que cuenta la publicidad por internet actualmente:
Bajos costos. Además de rápida y sencilla, la publicidad por internet resulta ser bastante económica. Las redes sociales pueden llegar a ser una fuente sumamente importante de tráfico de posibles clientes potenciales. Gracias a, por ejemplo, Google Adwords o Facebook Ads, las empresas pueden llegar a un gran número de personas a precios muy accesibles.
Facebook Ads, de hecho, permite que la publicidad se lleve a cabo al precio que se considere justo o que se tenga a disposición. Además, existe la posibilidad de probar varias veces con diferentes cantidades, fechas y horarios, y moderar cuál es la más efectiva.
También existe la publicidad de banners en páginas con mucho tráfico, publicidad pagada en Instagram, y puede buscarse el asesoramiento profesional de empresas dedicadas precisamente a la implementación de campañas publicitarias efectivas.
Segmentación. Es muy interesante dentro del mundo de la publicidad online, la capacidad de segmentación del mercado potencial al que se dirige la compañía tan amplia con que se cuenta. Existe la posibilidad de segmentar como en los medios tradicionales: segmentación demográfica y geográfica; pero también puede realizarse una segmentación psicográfica, es decir, un estudio basado en la psicología, personalidad y estilo de vida (entre otros) del posible cliente.
Interacción. La empresa puede recibir respuestas en tiempo real del receptor o posible cliente y saber qué piensa del servicio ofertado, qué le gusta y qué no. Es una forma de retroalimentación sencilla y directamente basada en el cliente, aquí no existen adivinanzas, el propio consumidor opinará sobre el producto o servicio, como se dijo antes, en tiempo real y sin censuras.
Efectividad. Gracias a las redes sociales la publicidad llega a todas partes del mundo, sin fronteras y sin límites. El cliente potencial se encuentra ahí, esperando por los productos que las compañías ofrecen y que gracias al internet y a la precisa publicidad, pueden adquirir sin mayores problemas.
Ahorro de tiempo. La publicidad online es bastante rápida. De hecho, redes sociales como Facebook con Facebook Ads, proporcionan al usuario un breve cuestionario sobre segmentación, tipo de anuncio, costo que se desea pagar, entre otros, que no lleva más de 5 minutos para ser contestado y que puede llegar a un sinnúmero de personas en un corto periodo de tiempo.
Confiabilidad. Actualmente los internautas se sienten confiados en adquirir productos en línea porque se han acostumbrado a dicho formato. Las empresas se han preocupado por generar buen ranking en cuanto a calidad y los consumidores creen en ellas y en sus productos.
Flexibilidad. Los nuevos formatos de publicidad por internet se adaptan fácilmente a cualquier estrategia. Pueden emplearse campañas similares para diferentes plataformas y medios, y no es difícil ajustar esas campañas sin perder la esencia de la marca o el mensaje que desea ser transmitido.
Fácil medición. Medir el impacto de cada campaña se vuelve más sencillo gracias a las estadísticas de medición de cada plataforma o medio. Solo basta accesar al medio elegido para controlar y determinar el alcance de cada publicación.
La desorganización en una empresa es un problema serio que, a pesar de lo que se pueda creer, aqueja a muchas organizaciones en la actualidad. Debido a la mala organización, muchas empresas quiebran y cierran porque no lograron comprender que lo único que hacía falta era echar un vistazo a la forma en que se estaba manejando todo.
Siendo un asunto tan importante y que poco se habla de él, a continuación se presentan 8 señales de desorganización en una empresa:
Los objetivos empresariales no están claros. Cuando los objetivos de la empresa no están claros, no son realistas o son incongruentes, se entra en un proceso de desorganización y de carencia de recursos de todo tipo. Las estrategias se convierten en algo innecesario porque no existe meta a la cual llegar.
Es de suma importancia que los objetivos sean concisos, que tengan plazos realistas y que se alineen unos con otros. De hecho, algunas veces lo más conveniente es que sean mensuales. Por ejemplo: objetivo mensual; aumentar las ventas en un 10% siguiendo una estrategia de publicidad anteriormente planificada y evaluada.
Esto es un objetivo bien establecido y claro.
Estructura organizacional inexistente o deficiente. La estructura organizacional es básicamente el organigrama que mueve a la empresa. Si el organigrama no ordenado de forma correcta, muy posiblemente existan varias personas desempeñando el mismo trabajo, nadie obedece a nadie y simplemente nadie se hace responsable porque realmente nadie conocía sus funciones con exactitud.
No existen métricas. Las métricas son esenciales para comprender cómo se comporta la empresa, los clientes y el entorno en general (la competencia, por ejemplo). Sin las herramientas de medición adecuadas simplemente no hay rumbo ni dirección; fuera o dentro de la compañía.
Acumulación de papelería innecesaria o vencida. El orden empresarial también significa limpieza y organización. Una gran cantidad de facturas, contratos y papelería vencidos se convierten en estrés extra innecesario que perjudica y atrasa. Además, si el desorden está de cara al cliente, no brinda buena imagen.
Plazos vencidos. Otra muestra de desorganización y que puede ser provocada por el punto anterior es el hecho de contar con facturas vencidas, no importa si tienen un día o un año de vencimiento, siempre dan mala imagen y demuestran la falta de organización y control dentro de la administración empresarial.
Disminución de las ventas. Si las ventas han bajado, y ha sido una constante durante mucho tiempo, es un hecho que hay un problema que requiere ser resuelto. La disminución en las ventas no siempre resulta ser un desorden, puede deberse a varios factores, pero como se mencionó antes, si es una constante de meses, es preocupante y muestra suficiente de que hay que hacer muchos ajustes.
Clientes insatisfechos o molestos. Es imposible satisfacer al 100% de los consumidores el 100% del tiempo. Sin embargo, si las métricas de la compañía indican quejas y reclamos constantes, clientes incómodos, pérdida excesiva de clientes (lo que lleva a la disminución en las ventas, por lo tanto, disminución de efectivo) o devoluciones, es otro síntoma clave de que algo está sucediendo.
En este sentido hay que prender el foco rojo y verificar que se esté llevando a cabo adecuadamente todo lo anterior, porque el error en uno de estos puntos puede llevar al error en uno o varios más.
También ocurre que los jefes de la empresa muchas veces invierten mal el tiempo lo que repercute en su equipo de trabajo como se puede ver en las siguientes reglas que se imponen y no son recomendables.
¿Qué reglas internas pueden evitarse?
El reglamento interno de una compañía es de suma importancia para su correcto funcionamiento, de eso no cabe duda. No obstante, ciertas reglas deben evitarse porque resultan ser estrictas, restrictivas y no aportan mucho valor a la productividad del empleado, sino que logran todo lo contrario.
Las 7 imposiciones más comunes son las siguientes:
Prohibición de celebraciones de cumpleaños. Puede parecer extraño, sin embargo, algunas empresas poseen como regla interna, la negativa a participar en celebraciones de cumpleaños dentro del horario del trabajo; lo cual es un error a evitar. No se habla de una celebración con bombos y platillos, es el simple hecho de felicitar a un colega y, ¿por qué no? Felicitarle de una forma sencilla con un pastel; no se pierde mucho tiempo y se gana a un empleado complacido y feliz de trabajar en espacio donde se siente apreciado.
Horarios estrictos de comida de menos de una hora. El horario de comida es un tiempo muy importante para el empleado, puede tener la oportunidad de conversar con sus compañeros y deslindarse de las responsabilidades del día, o si aplica salir a su casa y comer con su familia. Los horarios estrictos estresan al trabajador y puede regresar a sus actividades frustrado e insatisfecho.
Juntas semanales de más de hora y media. Por supuesto que las juntas semanales son importantes y, posiblemente, necesarias. Sin embargo, si el tiempo se administra adecuadamente, dichas reuniones pueden terminar en una hora o menos; más horas cansan y aburren, peor aún si se realizan cada semana.
Prohibición para recibir llamadas. El trabajador tiene una vida fuera de su trabajo, tiene responsabilidades y seres queridos. Si bien es importante que no pierda tiempo en llamadas innecesarias, muchas veces son urgencias que ameritan ser atendidas. Por lo tanto, hay que darle el espacio que necesita para realizar o recibir sus llamadas importantes, con la firme convicción de que esas llamadas no serán irrelevantes (chismes y pláticas innecesarias, por ejemplo).
No permitir tiempo de esparcimiento. Veinte minutos diarios para estirar las piernas y salir a caminar, no le vienen mal a nadie. Un pequeño break para preparar un café o platicar con un colega es una forma de despejar la mente, el empleado lo agradecerá y regresará motivado a sus labores.
Promover la idea de que el cliente siempre tiene la razón. Las empresas que se manejan con ideas anticuadas tienen la fuerte convicción de que el cliente siempre tiene la razón, no siempre es así. Fomentar esta idea siempre, antes de averiguar la situación, frustra y desautoriza al empleado frente al consumidor, lo hace sentir menospreciado. El supervisor o directivo debe investigar qué pasó antes de llamar la atención injustamente al empleado frente al cliente.
No permitir charlas casuales entre colegas. Esto puede ser posible en el tiempo de esparcimiento, por ejemplo. No está mal que se tomen unos minutos para charlar entre colegas. De hecho, resulta positivo para la compañía, puesto que llegan a conocerse y se logra un ambiente laboral bastante agradable.
Contar con un chat para atención a clientes es un método actual muy efectivo para estar en contacto con el consumidor o el posible cliente potencial las 24 horas del día, puesto que puede ser automatizado, es decir, sin la necesidad de que una persona lo monitoree durante todo el día.
Estas son las ventajas de contar con uno en una página web:
Canal de comunicación gratuito. Regularmente, en medios convencionales, la comunicación no resulta gratis, y si lo es, puede ser un proceso tardado y tedioso. Gracias al chat, la respuesta es sin costo, lo que permite que el cliente se sienta mejor comunicándose de esta forma.
Inmediatez en la comunicación y en la resolución de conflictos. La atención al cliente es inmediata, incluso las 24 horas del día. La resolución de cualquier conflicto resulta más rápida y eficiente para el cliente. Además de que resulta mucho más sencillo que, por ejemplo: esperar en fila en un supermercado, o llamar a una línea de atención al consumidor.
Administracion de multiples conversaciones. Esta es una de las mayores ventajas. Pueden entablarse más de una conversación sin perder el hilo y atender a más de un consumidor, sin que ellos tengan que esperar por una atención personalizada.
El contenido queda documentado. Como en cualquier chat, todas las conversación se guardan automáticamente y esto funciona como retroalimentación para conocer cuántos clientes se han quejado de alguna situación, cuántas sugerencias se han hecho sobre algún tema o simplemente, queda documentada la respuesta que se le proporcionó la cliente por si sucediesen futuros desacuerdos sobre lo que se estableció en dicha conversación.
Diferenciación. No todas las compañías cuentan con chat en su página web, Esto, generalmente, marca una gran diferencia entre la propia empresa (o marca) y la de la competencia. El cliente se puede inclinar por aquella que responda inmediatamente a sus necesidades y/o conflictos.
Canal promocional. Si se sabe emplear adecuadamente, puede funcionar para promocionar nuevas oferta o productos a los clientes con los que ya se ha conversado anteriormente. De esta forma, los consumidores que ya se han comunicado, reciben un trato preferencial en forma de ofertas, descuentos y promociones.
Es un medio ya conocido. Todo el mundo ha utilizado un chat alguna vez. No es algo nuevo y siempre funciona de la misma forma. Así que, en este sentido, es fácil y accesible para todos.
Atención personalizada. El chat permite saber quién se encuentra del otro lado de la pantalla. Es necesario que en la pantalla del chat aparezca el nombre y una fotografía de quien atiende. Este medio cumple los requisitos de consumidor moderno: eficiencia y personalización.
Ofrece información adicional. Sucede que en algunas ocasiones la página web no ofrece toda la información que el cliente necesita. Es ahí donde contar con un chat puede transformar esas dudas en una venta en frío.
Confianza con la empresa. Al brindar una forma instantánea de comunicación con el cliente, éste siente que siempre estamos ahí para él, le damos más confianza y tranquilidad para que nos seleccione a nosotros por encima de la competencia.
El servicio de atención al cliente es el proceso de proporcionar asistencia a las personas que compran sus productos o servicios a través de canales de comunicación. Un agente de soporte puede responder a preguntas y gestionar solicitudes, pero no puede realizar la gestión de incidencias.
Cada empresa tiene sus propias características, dependiendo del sector y del tipo de cliente, entre otros factores. Por lo tanto, no hay una fórmula específica que le diga cómo puede mejorar el servicio al cliente y que se aplique a todas las organizaciones.
Independientemente del tamaño o el tipo de empresa, el objetivo principal de cualquier estrategia de marketing será siempre satisfacer las necesidades de los consumidores. Hay que evitar caer en la indeseable situación: clientes incomprendidos e insatisfechos que no volverán al servicio y que, además de no dar buenas referencias de la marca, no la recomendarán a otros.
14 Tips para mejorar el servicio al cliente
El cliente es lo más importante
Hay muchas formas de verlo: los clientes son los que pagan los sueldos de los empleados, los que entregan las primas en la fiesta de fin de año y los que sirven a los propios accionistas. Un buen servicio de atención al cliente afecta directamente a las ventas de toda la empresa. Por todo esto podemos concluir que el cliente es lo más importante.
Tener empatía con el cliente
La empatía es una estrategia fundamental para mejorar la calidad del servicio al cliente ya que nuestro equipo de soporte debe entender y ponerse en el lugar del cliente.
Contactar a los clientes para brindarles ayuda
Un servicio de atención al cliente proactivo es la mejor manera de asegurarse de que el cliente recibe la información que desea lo antes posible. Esto nos permite anticiparnos a los problemas antes de que se produzcan y resolverlos rápidamente. También nos ayuda a mantener la relación con el cliente al estar atentos a sus necesidades.
Tener un equipo de trabajo que resuelva problemas
Un equipo de resolución de problemas es esencial para cualquier empresa. La mejor manera de resolver los problemas es implicar a todos los miembros de la empresa. Si alguien tiene una solución, hay que animarle a que la comparta con los demás. Esto ayuda a crear confianza entre todos los miembros de la organización.
Automatizar tareas con la tecnología
La automatización de tareas con tecnología es una de las mejores formas de ahorrar tiempo y dinero. Con la ayuda de herramientas de automatización como Zapier, puedes conectar aplicaciones entre sí para crear flujos de trabajo que activen automáticamente acciones entre ellas. De este modo, no necesitas pasar horas haciendo manualmente tareas repetitivas.
Un software fundamental a utilizar es un CRM para el seguimiento de prospectos y clientes.
Tener procesos claros y rápidos
Los procesos claros y rápidos son esenciales para cualquier empresa. El primer paso para tener procesos claros y rápidos es definirlos. Una vez definidos, deben documentarse y comunicarse a toda la organización. De este modo, todo el mundo sabe lo que tiene que ocurrir, cuándo y por qué.
Utilizar respuestas automáticas
Se pueden utilizar herramientas de software para dar respuestas automáticas al cliente como correos electrónicos, chatbots, alertas, etc.
Dar un trato personalizado al cliente
El servicio de atención al cliente debe ser personal, amable y útil. La mejor manera de ofrecer un buen servicio al cliente es tratar a cada persona como si fuera importante y valiosa. Cuando se hace esto, los clientes se sienten valorados y apreciados, lo que hace que quieran seguir viniendo a por más. Siempre llamar al cliente por su nombre.
Estar presente cuando el cliente necesita ayuda
Otra de las estrategias para mejorar la calidad del servicio al cliente es que siempre que el cliente pida ayuda ahí estar atentos con la mejor respuesta y con el mejor agente de servicio que le ayude.
Seguimiento post-venta
Después de vender algo, debes enviar notas de agradecimiento a los clientes que te han comprado. Esto les demuestra que te importan y ayuda a crear confianza entre vosotros. Además, debes mantener el contacto con ellos por correo electrónico, llamadas telefónicas, mensajes de texto, etc.
No insistir mucho con los clientes
No es bueno insistir con llamadas telefónicas o correos constantes a los clientes porque los podemos alejar de nosotros, entender que los clientes también están ocupados con su trabajo diario.
Existirán clientes, sin embargo, que prefieren aprender por su cuenta y basarse en contenido como tutoriales, guías y preguntas frecuentes para solucionar sus problemas ellos mismos antes de llamarnos.
Si cuidas de tus empleados, ellos cuidarán de tus clientes y esto mejorará la experiencia del cliente y la calidad del servicio. Por eso debemos tener un equipo de atención a clientes con escucha activa, soporte de cliente optimizado para optimizar el proceso de compra y tiempos de respuesta que reciben los clientes.
Ser humilde y aceptar los errores
Aceptar nuestros errores es una de las cosas más difíciles para nosotros los humanos. Tendemos a culpar a los demás cuando hacemos algo mal, en lugar de aceptar la responsabilidad de nuestros actos. Sin embargo, aprender de nuestros errores es esencial para mejorar. Si no aprendemos de nuestras experiencias pasadas, las repetiremos una y otra vez.
Prueba el autoservicio
Según el tipo de negocio que tengas, es conveniente probar el autoservicio, que el propio cliente seleccione sus productos, variantes, haga cotizaciones, como actualmente se puede hacer en las páginas web, tiendas en línea y la opción más conocida de compras en supermercados. Esto garantizará una mejor satisfacción del cliente.
Importancia de mejorar el servicio de atención a clientes
Las ventajas fundamentales que tendremos al mejorar nuestro proceso de atención al cliente serán:
Tener cliente fieles
Los clientes fieles son aquellos que deciden hacer negocios con usted una y otra vez. También se les conoce como compradores recurrentes. La clave para tener clientes fieles es ofrecerles un buen servicio, productos de calidad y precios justos. Si se sienten tratados con justicia, es más probable que vuelvan a comprar en el futuro y que nos hagan publicidad boca a boca.
Si atendemos bien a los clientes, entonces cada uno de ellos será más probable que nos compre y regrese a nuestro negocio, inclusive compre más productos de lo que tenía planeado porque hemos generado confianza en él.
Aprender a negociar es una parte fundamental en todo comercio. Es ese proceso que permite llegar a acuerdos benéficos que se traduzcan a corto, mediano o largo plazo en el éxito que se pretende alcanzar.
Existen formas muy simples para lograr que los acuerdos resulten bastante efectivos, algunos de los más importantes se presentan a continuación:
Aprender a escuchar. Cuando se trata de negociar, la parte de la escucha activa es sumamente importante, ya que gracias a ella se conoce el punto de vista y las necesidades del interlocutor. Demuestra respeto y confianza hacia el otro. Además, permite llegar a acuerdos efectivos porque ambas partes se encuentran convencidas de que las intenciones y los puntos clave de negociación de su contraparte.
Empatizar. Ponerse en los zapatos del interlocutor y tratar de comprender su punto de vista permite que el acuerdo sea beneficioso para ambos.
Tener objetivos claros. ¿Qué es exactamente lo que se espera obtener de la negociación? Cuando los objetivos no son claros, se pierde la intención del acuerdo y podría no resultar tan asertiva como se tenía pensado, no precisamente porque la otra parte no haya correspondido, sino porque aquello que realmente se necesitaba pactar no era lo suficientemente obvio.
Conocer las propias limitaciones. Las limitaciones tanto empresariales, como personales (del ejecutivo). No puede llegarse a un acuerdo efectivo si los términos y condiciones que se solicitan no pueden ser cumplidas. Por ejemplo: no se puede prometer el abasto a una tienda si no se cuenta con la mercancía completa, la infraestructura con que se cuenta no lo permite, o no se tiene el capital o el transporte para el traslado.
Comunicación asertiva. La comunicación por ambas partes debe ser fluida, clara, sencilla, sincera y en términos comunes. Todo lo que se hable debe ser transparente, sin mentiras ni omisiones.
Este punto también se refiere a la firmeza en la comunicación. No puede ni debe aceptarse menos de lo que se otorgue si no resulta redituable en cierto plazo. Decir NO y hacerse a un lado, a veces es la mejor forma de pactar.
Aceptar el juego Ganar-Ganar. Ante cualquier negociación debe entenderse que ambas partes son partidarias de ganar. Ambas deben verse beneficiadas de la misma forma.
Ser flexible. Antes se hablaba de firmeza en la negociación, esto no debe entenderse como inflexibilidad. Si la contraparte no puede ofrecer lo que le es solicitado, pero en cambio, ofrece algo que también reditúa y es ventajoso, hay que revisar los pros y los contras y no cerrarse a la idea cuadrada que se tenía en un comienzo. Siempre es importante buscar el equilibrio y la ganancia en favor de la compañía.
Lugar. Obviamente cada parte querrá sentirse cómoda desde su propio sitio, si no se ha llegado a un acuerdo sobre el sitio, lo mejor es reunirse en un lugar público pero serio, que proporcione la posibilidad de charlar libremente y con confianza. Por ejemplo: en una cafetería. También existen espacios que se arriendan con la finalidad de hacer juntas colectivas, arrendar un sitio así nunca es mala opción.
Mostrar una actitud positiva. Al principio de la negociación es necesario ser amable y receptivo. Las negociaciones no siempre están libres de tensión y relajar a la contraparte es una excelente de forma de lograr que se abra para escuchar.
En este sentido, la propuesta debe ser clara y muy directa. Se recomienda tener los objetivos muy claros y contar con un intervalo de “máximos y mínimos” que no afecten a la compañía sobre los que se pueda ser flexible.
Al principio puede ofrecerse ese máximo, para, si es necesario, ir negociando hasta el mínimo del que se puede disponer y NUNCA bajar de ahí.
No permitir que la conversación se desvíe. Si la contraparte está desviando la conversación hacia otra dirección, es necesario pedirle que regrese a lo que les concierne. Es más fácil perder el hilo y olvidar detalles importantes cuando nos apartamos del tema principal.
Argumentar claramente la propuesta. Es indispensable exponer la propuesta de manera clara y concisa y responder a todas las preguntas del interlocutor. También se debe estar seguro de los puntos han sido entendidos.
Ser honestos. Ser honestos no significa mostrar “todas las cartas”. Debe guardarse un as bajo la manga que puede ser utilizado si la negociación se pone difícil. Se debe ser claro en cuanto a lo que se busca en temas generales, pero no a los intereses “urgentes” detrás de la negociación.
Es decir; “si el objetivo de la negociación es lograr que la contraparte ofrezca nuestros productos con un descuento especial a cambio de proporcionarle publicidad, sería importante primero escuchar lo que este tiene que decir porque probablemente comente un porcentaje en el que él estaría dispuesto a ofrecer nuestros productos, a partir de ahí se vuelve mucho más sencillo negociar.
Si la contraparte espera para que nosotros proporcionemos el porcentaje, lo más factible podría ser aumentar un poco el porcentaje del que se tenía planeado, como estrategia de negociación”.
Concesiones. Una vez que ambas partes hayan expuesto sus puntos, de no haberse llegado a un acuerdo rápido (como pasa regularmente), es bueno comenzar a ceder. Antes de llegar a este punto, se debe estar muy pendiente de la actitud del interlocutor, de su lenguaje corporal, para darse cuenta si este se encuentra abierto a ceder también.
Otra cuestión importante es haber escuchado atentamente, porque así es posible darse cuenta si ambas partes van en la misma dirección. No vale la pena ceder si los objetivos de la contraparte y los propios se desvían demasiado.
Ahora bien, antes de ceder, puede preguntársele de nuevo a la contraparte cómo se puede llegar a un acuerdo, probablemente ceda antes. Si es necesario desistir un poco, el as bajo la manga que se tenía bien resguardado puede salir a flote. Por ejemplo, si el objetivo principal era un descuento del 15%, se le había comentado al interlocutor que se requería un descuento del 25% (si se llevó a cabo el punto anterior), se puede rebajar un poco, digamos al 20%.
No ceder ni ser flexible. Si se han escuchado ambas partes y la reunión se ha extendido demasiado o, la contraparte siempre llega a conclusiones negativas como: “es mucho dinero, es un gran descuento, no puedo aceptarlo, no es posible” y otras negativas constantes que no pueden ser refutadas por falta de disponibilidad del interlocutor, lo mejor es despedirse amablemente y dejar la mesa, no sin antes dejar la puerta abierta por si cambia de opinión.
Redactar resúmenes. Parece una tontería, pero es muy útil. Redactar resúmenes de lo expuesto permite que, de tener que retirarse porque la contraparte no cede, puede hacerse entrega del escrito para que no olvide lo que se ha hablado y tenga tiempo de pensarlo con todos los puntos por escrito y sobre la mesa. Además, sirven de referencia propia se haya cerrado o no el pacto.
Propuestas condicionales. Utilizar el típico “si tu…”. Por ejemplo, ofrecer un descuento mayor, si este reduce sus precios, o muestra mayor publicidad, o cualquier situación que resulte conveniente.
Ser firme. Se debe ser firme la mayor cantidad de tiempo posible. Recodarle constantemente a la contraparte las ventajas y beneficios que obtendrá del acuerdo. No se recomienda comenzar a ceder a la primera de cambio porque en estas circunstancias el interlocutor va ganando terreno fácilmente, así que sentirá que puede obtener mayor ventaja, si se permite, lo conseguirá. Así como somos firmes con los clientes, lo podemos ser al negociar.
Concretar el acuerdo. Una vez que el acuerdo se ha concretado, es necesario releer y volver a comentar los puntos que se han acordado, que todo quede perfectamente esclarecido desde el primer momento.
Ahora que las compañías, los directivos y su personal se encuentran realizando múltiples actividades (comúnmente llamado (multitasking), se piensa frecuentemente en la necesidad de emplear el outsourcing. Es decir, contratar empresas especialistas en el área que la empresa necesita cubrir. Además de que se considera más económico, es una forma de delegar responsabilidades fuera de la compañía y liberar un poco el estrés que generan.
Es apropiado emplear outsourcing cuando:
El trabajo diario está creciendo. Cuando las responsabilidades y actividades diarias crecen, debido al incremento de las ventas, podría ser un momento apropiado para contratar a una compañía externa que se haga cargo de ciertas actividades, esto ayuda a reducir el estrés del personal y evita el largo proceso de reclutamiento, selección y capacitación de nuevos empleados.
Se requiere de mayor personal, pero el recurso humano no está disponible. Similar al punto anterior. Muchas empresas deciden que es el momento adecuado para contratar outsourcing cuando su personal ya cuenta con demasiadas actividades y no se desea perder tiempo con los procesos necesarios para contratar empleados. Resulta bastante más rápido encontrar una empresa externa que se encargue de algunas actividades.
No se cuenta con los conocimientos pertinentes en ciertas áreas. Esto es muy importante. Una empresa externa especializada precisamente en lo que se necesita, es mucho más efectiva que buscar capacitadores especiales para los empleados actuales o los que vayan a contratarse. Esto pasa, sobre todo, cuando son áreas muy específicas como tecnología o redes, por ejemplo.
Existen problemas de soporte remoto. Dependiendo del rubro de la compañía propia, podrían solicitarse soportes en cuanto a tecnología, asesores de negocios, coaches y otro tipo de cuestiones que suelen ser complicadas de obtener cuando no se cuenta con el correcto personal.
Se desea brindar un valor agregado al cliente. En este sentido, el outsourcing funge como un “proveedor” o “distribuidor” de un producto o servicio que nuestra empresa no otorga. Entonces, la compañía de outsourcing brinda su producto o servicio, nuestra empresa lo “compra” y este mismo producto o servicio es entregado al cliente como extra de lo que la organización ofrece.
¿Cuáles son las principales razones para contar un especialista de tecnología en el equipo?
En épocas actuales, es sumamente importante contar con especialistas de tecnología en el equipo de trabajo. ¿Por qué? Porque la tecnología avanza a pasos agigantados, y quien no crece tiene dos opciones: estancarse o morir, y ninguna de ellas resulta buena para una empresa que desea obtener el éxito.
A continuación se presentan algunas de las razones más importantes para contar con un especialista en cuanto a tecnología se refiere:
Optimización de los procesos. La tecnología, actualmente, es un recurso indispensable y es necesario saber sacarle todo el provecho que se pueda. Para ello, un especialista en tecnología es la opción adecuada, puesto que conoce todas las formas en que puede sacarse fruto al recurso tecnológico disponible para mejorar los procesos de producción, ventas, administración, etc., únicamente empleando los programas de información tecnológicos adecuados en cada situación y momento.
Mayor productividad. Cuando es el especialista quien se hace cargo de la tecnología, y no un “conocedor” cualquiera, se logra que los procesos ya óptimos (como se menciona en el punto anterior) se traduzcan en mayor productividad, porque el procedimiento es más efectivo; más rápido, con menor cantidad de errores y más sofisticado.
Aumento en la competitividad. Lo anterior comentado va creando una cadena de situaciones afortunadas. El incremento de la productividad da como resultado un aumento en la competitividad debido a la eficiencia en los procesos. Ahora puede producirse más y mejor, los clientes quedan satisfechos gracias a la reducción y eliminación de errores, puede ampliarse la cartera de clientes porque se cuenta con la estructura para poder satisfacerlos, por mencionar solo algunos ejemplos.
Mejora la toma de decisiones. Gracias a que es un especialista quien se encarga de manejar algunos procesos, consultar reportes para toma de decisiones, el personal encargado de decidir cuenta con mayor cantidad de tiempo para reflexionar acerca de lo que más conviene a la compañía. Además, se cuenta con las armas necesarias para pensar en la expansión, la negociación de nuevos pactos efectivos, etc. Los recursos y el personal necesario están ahí para beneficiarse de ellos.
Ahorro de tiempo. Esto viene implícito. Se ahorra tiempo porque los procesos son más eficientes y llevados a cabo por tecnología bien encaminada por especialistas en esa área.
Mantenerse actualizado. Esta es la razón fundamental y es así porque alguien especialista en tecnología lo hará por naturaleza, se mantendrá actualizado en los cambios tecnológicos porque ama este tema y por tanto también podrá mantener actualizada a la compañía y sacar provecho de los últimos avances.
La utilidad de un producto o servicio es lo que permite conocer la ganancia que queda libre después de hacer un análisis de los gastos que la compañía afronta diaria o mensualmente. Por ello, aprender a estimar dicha utilidad es básico, clave y fundamental. No sirve de nada ofrecer un producto o servicio que simplemente no reditúa.
¿Cómo hacerlo? A continuación algunos ejemplos:
Margen de Utilidad Bruta. Para estimar el margen de utilidad bruta de un producto o servicio, es decir, la ganancia de un producto descontando los costos directos e indirectos de fabricación, es necesario seguir la fórmula:
Margen de utilidad bruta (porcentual) = utilidad bruta/ingresos totales x 100
Como ejemplo sencillo: la facturación mensual de un negocio es de $20,000 y los gastos directamente relacionados con el producto (sueldos, materiales, transporte, etc.) suman en conjunto $10,000. Para conocer la utilidad bruta debe restarse la facturación mensual menos el conjunto de costos relacionados al producto:
Utilidad Bruta = $20,000 – $10,000 = $10,000
Ahora bien, para conocer el porcentaje, se sigue la fórmula anterior:
Ut. Bruta (porcentual) = $10,000 (ut. Bruta)/$20,000 (ing. totales) X 100% = 50%
La utilidad bruta de los productos o servicios es del 50% mensual.
Margen de Utilidad Neta. Para estimar la utilidad neta se suman el resto de gastos fijos y variables: renta, impuestos, servicios, etc. , y se restan los ingresos brutos o utilidad bruta. Suponiendo que la suma de gastos fijos sea de $5,000; se restan a los $10,000 de utilidad bruta, el resultado es de $5,000. Esa es la Utilidad Neta.
Ahora bien, para obtener el porcentaje se emplea la siguiente fórmula:
Margen Neta = Utilidad Bruta – Gastos e Impuestos/Ingresos Totales X 100
Margen Neta = $5,000/$20,000 X 100 = 25
El margen de utilidad neta es del 25%
Esta fórmula muestra qué tan factible o redituable (o rentable) resulta vender un producto o servicio. Para ello, se tienen en cuenta dos factores: el costo y el precio de venta. La fórmula es la siguiente:
R = ((P – C)/P) X 100
R= a la rentabilidad, y se refiere a ella en porcentajes.
P= precio de venta
C= costo; es decir, a cuánto se compra el producto antes de venderse, o el costo que representa la manufactura de dicho producto.
Por ejemplo: si un producto o servicio se vende en $200 y el costo que asume la empresa por comprarlo o manufacturarlo es de $85:
R = ((200 – 85)/200) X 100 = 57.5%
Es decir, la rentabilidad de cada producto es del 57.5%