¿Cuáles son las ventajas y desventajas de las reuniones empresariales?
Las reuniones empresariales pueden resultar la mejor decisión que pudo haber tomado una compañía o como el peor fracaso a nivel organizacional interno.
Depende de la forma en que se maneje y la profesionalidad con la que se lleve a cabo puede convertirse en un arma de doble filo. A continuación se detallan sus pros y sus contras:
Lo bueno:
Comunicación bidireccional. Las reuniones empresariales conectan al empleado con la dirección o la gerencia. Permiten que la comunicación se centre en ambos lados, se discute y se llega a acuerdos comunes. Además se plantean problemas generales y se aportan ideas para solucionarlos. Generan bastante retroalimentación y si se hacen correctamente, el resultado es muy prometedor para la compañía.
Planeación y estrategias. Se tratan asuntos importantes que involucran a diferentes áreas de la empresa, por ejemplo: la producción, la publicidad, la productividad, ventas, compras, los planes y objetivos, entre otros. Siempre que la reunión se encuentre bien planificada y sea presidida por la persona que asume el control general del negocio, es una excelente forma de organizar al personal y de dirigir y planear tácticas efectivas.
Aportación y recepción de información. Finalmente, la información que se aporta y se recaba en su totalidad, es muy sustancial y beneficiosa sobre todo al corto plazo. Es necesario que se lleve registro de todo lo acordado en la junta para que su control y medición sea más sencillo.
Lo malo:
Suelen alargarse más de la cuenta. Eso siempre sucede cuando no se ha planificado correctamente. Los tiempos del personal y de los directivos son importantes y las juntas no pueden quedarse a medias. Dejan asuntos importantes sin resolverse, muchas veces la atención a clientes entre ellas, únicamente por no lleva a cabo una administración del tiempo apropiada.
Se vuelven tediosas y aburridas. El directivo se expande demasiado en sus explicaciones sin llegar a puntos concretos y hace tremendamente aburrida la reunión. Cuando eso pasa regularmente nadie presta atención y surge un sentimiento de desgano y de haber desperdiciado tiempo valioso.
Falta de planificación. Y esta vez no únicamente en cuanto al tiempo, sino también al orden y estructura de la junta (puntos a tratar por nivel de relevancia, personas convocadas, persona que presidirá la junta, etc.), al lugar, la fecha y la hora de inicio y término exacta.
Lo peor:
Baja la productividad. Debido al paro de actividades “gracias a la reunión”. Mucho peor si la junta resulta absolutamente improductiva o se perdió mucho tiempo en ella.
No se lograron acuerdos ni mejoras. Es decir, no se llegó a nada. Todo fue en vano y se perdió tiempo, dinero, esfuerzo, además de enojo y frustración de todos los involucrados.
Hacerla obligatoria para personas ajenas. Ocurre cuando se obliga a estar presente en la reunión a personas que no tienen nada que ver con los temas que se trata en la reunión. No tiene sentido, distrae y hace perder el tiempo a esas personas ajenas a este tema específico de la reunión.
¿Cuándo es el momento para contratar nuevo personal?
Contratar nuevo personal siempre resulta muy exhaustivo para el ejecutivo de Recursos Humanos, no solo por el trabajo que representa, sino por la responsabilidad de cubrir un puesto con la persona idónea. Muchas veces, sin embargo, puede ser innecesaria la búsqueda porque la empresa no lo amerita, o viceversa, es necesario contratar nuevo personal y el ejecutivo de R.H. no estaba enterado.
Para que no se compliquen más ese tipo de situaciones, se muestran a continuación varias situaciones en las que sin duda se amerita de nuevo personal:
La demanda ha aumentado. Cuando el número de clientes aumenta significativamente y se mantiene a lo largo del tiempo, es momento de comenzar a pensar en contratar nuevo personal que se haga cargo, sobre todo, de la atención al cliente y la producción. Este hecho significa que existe la posibilidad de un crecimiento en la empresa y no es adecuado permitir que los clientes se vayan por falta de personal, se debe asumir el riesgo y afrontar el crecimiento.
Los empleados con los que se cuentan no son suficientes o están trabajando de más. Si un solo trabajador realiza las actividades que deberían llevar a cabo dos o más colaboradores, o algún área de la empresa se para constantemente por falta de personal, significa que las actividades son demasiadas y el personal muy escaso. No debe permitirse que los empleados afronten demasiadas actividades porque esto perjudica la productividad y desarrolla descontento.
Se requiere personal temporal para un área en específico. Por ejemplo, si se va a lanzar una nueva campaña o un nuevo producto al mercado.
El tiempo ya no es suficiente. Cuando el directivo, así como los empleados, ya no cuentan con tiempo suficiente para concluir las tareas, cuando se pasan más horas en el trabajo que con la familia porque no se da basto, es hora de contratar más personal; las tareas son excesivas y ya no alcanza con la mano de obra con la que se cuenta.
Desarrollo de nuevo producto o proyecto. Desarrollar un nuevo proyecto no es sencillo, requiere de personal capacitado en ciertas áreas y, sobre todo, gente preparada para asumir el control de dicha responsabilidad. En ocasiones se cuenta con el personal apropiado, pero dejan descuidadas sus actividades cotidianas regulares.
a. Lo más factible es contratar personal (puede ser temporal o no, depende de las necesidades de la empresa y del desempeño profesional) capacitado y con tiempo disponible para tomar el control.
Personal para abrir una nueva área. Si la empresa va en crecimiento y se requiere la inauguración de nuevas áreas, es no solo importante sino necesario, contratar nuevo personal experto en esa materia.
a. Las empresas buscan capacitar a los empleados ya existentes para ahorrar en gastos, pero no siempre es lo más apropiado porque dejan gritas en sus áreas anteriores. Así que lo más recomendable es buscar al nuevo colaborador que cumpla con los requerimientos del nuevo puesto.
Supervisión o atención de personal y/o sucursales. Es una situación similar a la anterior. Antes de capacitar al personal con el que ya se cuenta, es necesario preguntarse y poner en una balanza si el beneficio es mayor que el perjuicio, si no es así, es momento de pensar en contratar nuevo personal.
¿Cómo puedes contratar personal efectivo?
Si bien nadie tiene la llave que abra las puertas del cofre mágico donde se consiguen excelentes empleados, es importante que las compañías comiencen a ver al empleado más allá que un simple recurso que genera dinero. Tienen que pensar en el trabajador como una parte esencial y fundamental para el éxito organizacional. Empecemos analizando estos 7 consejos básicos:
1. NO contrate a alguien que piense como usted. Un equipo de trabajo debe ser diverso.
No contrate clones suyos. Contrate personal con pensamiento crítico propio, con ideas interesantes bien fundamentadas que en cierto momento servirán como reto para el equipo y para usted y generarán conflicto. El conflicto es saludable cuando lleva a ideas que no se habían pensado antes.
2. Habilidad más que currículum.
Un excelente currículum impresiona, pero no demuestra concretamente habilidades. Una charla larga y un par de pruebas de talento cortas muchas veces dicen más de la persona que un currículum de 20 páginas.
Busque mentes diferentes y creativas. Las resoluciones a los
problemas organizacionales muchas veces son resueltas por personas que “piensan fuera de la caja”. Personas ordinarias existen muchas, personas diferentes son muy pocas.
4. Cubra los huecos que deben ser cubiertos.
Conozca las debilidades y las áreas de oportunidad que existen en su equipo de trabajo y trate de cubrirlas con nuevo personal. Si dentro de la organización necesita personal que maneje idiomas, por ejemplo, enfoque sus esfuerzos en conseguirlo.
5. Busque a alguien curioso.
Una persona curiosa es muy valiosa. Busca aprendizaje constante y regularmente es creativa. El hambre por el conocimiento que tienen las personas curiosas, es necesario para que la empresa evolucione y aprenda, compita y rompa paradigmas convencionales.
Las empresas necesitan candidatos con genuina pasión por el trabajo, deseos de superación visibles, con ética y moral bien definidas, que comparta los valores de la empresa, con capacidad de aprendizaje continuo, capacidad para resolver conflictos, que se rete a sí mismo, constante y comprometido en todo momento y con hambre de crecimiento.
7. Diga NO a una entrevista ordinaria.
Una entrevista donde el candidato hable sobre sus logros, sus trabajos anteriores, sus conocimientos teóricos y donde se le hagan constantemente las mismas preguntas, realmente no dice mucho del prospecto. En una entrevista ordinaria lo único que se puede esperar del candidato es que sea ordinario. Las empresas deben enfocar sus esfuerzos en contratar personas que además de tener conocimientos, sean extraordinarias. No simplemente intelectualmente extraordinarias, sino, con pensamientos diferentes.
Como se dijo anteriormente, con pensamiento crítico y creativo, que rompa esquemas y paradigmas, que se adapte al cambio y, más que eso, que sea él mismo un agente de cambio. Ese es el tipo de trabajador que requieren actualmente las empresas porque el mundo evoluciona constantemente y así mismo las empresas tienen que aprender a evolucionar. No es necesario contratar robots que reciban órdenes, es necesario contratar seres humanos que superen sus propios límites todos los días.
El recurso humano es el activo principal de toda organización. No obstante, muchas empresas no saben cómo retener a esos empleados que resultan excelentes y que han aportado mucho valor a la empresa e incluso a la marca.
Aquí se presentan algunas maneras clave muy efectivas para retenerlos antes de que siquiera se planteen el hecho de querer renunciar:
Liderazgo efectivo. Ser líder no es lo mismo que ser jefe. Mientras el jefe ordena y regaña, el líder orienta y motiva. El maltrato de un jefe es una de las causas principales por las que el empleado decide retirarse de la organización. Por lo tanto, como directivo o ejecutivo de alta jerarquía debe buscarse el liderazgo y pensar en el buen trabajador como un recurso importante que agrega mucho valor al negocio.
Capacitación constante. Para que un excelente empleado no quiera irse nunca, es necesario que se sienta valorado y que sienta que está creciendo como profesional y dentro de la compañía. Resulta un error fatal el hecho de que las empresas no invierten en capacitar a los trabajadores adecuadamente, a la larga puede ser mucho más costoso el tener que contratar nuevos empleados por rotación o por retiros.
Realizar encuestas de satisfacción. Es importante que se reconozcan las necesidades del trabajador, y mediante encuestas quincenales o mensuales puede medirse el nivel de “felicidad” del trabajador que le interesa a la compañía retener para poder trabajar posteriormente en ese aspecto con él.
Cultivar las relaciones interpersonales. Lograr que se genere un buen ambiente entre todo el personal borrará la idea de los empleados de querer irse. Está comprobado que las relaciones amenas entre compañeros sostienen una fuerte influencia en las decisiones de permanencia o retiro del trabajador.
Desarrollo de proyectos propios. Los adultos jóvenes, también conocidos como “millennials”, son la nueva generación de empleados. Su pensamiento se centra en la libertad y la propiedad, ser propietarios de su negocio. Los millennials no buscan ser fieles a una empresa, buscan construir un futuro emprendiendo.
a. Por ello, la empresa puede impulsarlos, sin descuidar su trabajo, a que lleven a cabos sus proyectos. De hecho, pueden organizarse juntas periódicas con información relevante para los interesados en emprendimiento y pueden establecerse algunos bonos extras como incentivo por lograr ciertos objetivos o por puntualidad y asistencia.
b. Por otra parte, existen empleados que ya han decidido renunciar por diversas razones y que la empresa no puede permitirse perder por la excelencia de su trabajo y el valor que aportan a la compañía. Si ese es el caso, estas estrategias pueden utilizarse para retenerlo:
Escuchar atentamente. Parece que no importa, pero la escucha activa hacia el empleado puede permitir al directivo comprender exactamente lo que está pasando con el trabajador para tratar de remediar la situación y llegar a acuerdos concienzudos y efectivos para ambas partes. Muchas veces el problema principal no es tan grave que no pueda solucionarse únicamente escuchando con empatía.
Ajuste salarial. A veces el empleado no se siente lo suficientemente bien recompensado monetariamente de acuerdo al trabajo que desempeña. Por eso el punto anterior resulta tan relevante, es posible que hablando con él pueda acordarse una suma en donde nadie pierda y el colaborador quede contento y listo para quedarse durante mucho tiempo.
a. En este sentido, también puede tomarse en cuenta la posibilidad de redituar extra al empleado con comisiones por productividad, por ejemplo, pero esto depende mucho del puesto que desempeñe. Primeramente habría que hablarlo con el empleado y evaluar si le es factible y suficiente para quedarse.
Flexibilidad. El empleado es un ser humano, sus necesidades son importantes y deben ser satisfechas en la medida de lo posible. En algunas ocasiones el problema principal es que el horario es muy ajustado o trabaja demasiadas horas extras y no le queda tiempo libre para su esparcimiento y la convivencia con sus seres queridos. Una conversación bilateral puede proporcionarle al empleado ese respiro que tanto necesita.
Reconocimiento y gratificaciones. Si el trabajador no se siente apreciado y reconocido lo más probable es que quiera alejarse hacia algún lugar donde sea valorado. Reconocer su trabajo y gratificar su esfuerzo monetariamente es un comienzo.
a. De todas formas, no siempre es dinero lo que se busca, sino incentivos más personales; por ejemplo: reconocimientos públicos por escrito, apoyo para crecimiento profesional (pueden ser cursos y diplomados), ascensos en la escala jerárquica, días libres por excelente productividad, etc.
Cambio de ambiente. Puede ser un cambio de sucursal, un cambio de puesto, un ascenso y la preocupación y logro de una mejora en el clima organizacional (si esto resulta necesario).
¿Cuáles son las mejores estrategias para ofrecer promociones y descuentos?
Las empresas han tenido la loca idea de que ofrecer promocionar y descuentos a productos o servicios requiere de mucho esfuerzo y dinero. Si bien, es necesario el esfuerzo de marketing en cuanto a segmentación de mercado y a publicidad (campaña publicitaria), si sabe realizarse correctamente es más fácil, rápido y económico de lo que se piensa.
Siguiendo estas 7 estrategias el proceso será más efectivo:
Promoción en redes sociales. Básico y muy importante. Mantener activos los perfiles en los que la empresa esté presente es clave. Se tiene que presentar la información detallada de lo que se ofrece y estar muy pendiente de la retroalimentación del internauta.
a. Las campañas de marketing en cada red social son muy efectivas y económicas. Si no se conoce mucho sobre el tema online, lo más recomendable es contratar a alguien con conocimientos que mantenga al tanto al directivo de todas las métricas de cada red social.
Muestras gratuitas. También es un clásico que no falla. Puede solicitarse permiso en plazas o centros comerciales, escuelas, oficinas (incluso afuera del propio local) y regalar muestras del producto.
a. Este procedimiento puede ser más sofisticado si se congrega a los clientes más importantes y se realiza una reunión especial fuera de la empresa para ofrecer el producto junto con la conveniente promoción y descuento, aunque esta estrategia resulta más costosa y depende bastante del giro o tipo de producto (por ejemplo, puede funcionar bastante bien para un restaurante o una perfumería).
Email marketing. Se centra en enviar boletines a los posibles clientes con toda la información sobre nuevas promociones, descuentos y cualquier novedad que se tenga. De hecho, también es bastante factible enviar cupones de descuentos a los clientes más fieles y pequeñas promociones para aquellos posibles nuevos clientes.
Repartir cupones uno a uno. Es decir, cambaceo. Es una forma un tanto primitiva y ciertamente no tan efectiva como las anteriores, pero podría llegar a funcionar. Los cupones pueden ser impresos en blanco y negro para que no sea tan costoso y se llevaría a cabo únicamente mientras dure la promoción o el descuento.
Alianzas con otros negocios. Buscar alianzas con empresas que sean compatibles con el giro de la compañía, nunca con la competencia. Pueden imprimirse boletines o cupones de descuento que el aliado estratégico entregaría cada vez que alguien entre a su local y viceversa.
Poner en marcha un concurso. Empezar un concurso donde el (o los) premio (s) sea un producto propio. La convocatoria y las bases pueden anunciarse en las redes sociales, mediante campañas online y offline (medios tradicionales) y por email marketing: además pueden existir premios de consolación como cierta cantidad de cupones de descuento.
Contactar con bloggers y youtubers. Realmente este punto es un poco más complicado que los demás. Se trata de conseguir influencers, es decir, personas con suficiente influencia y tráfico en sus sitios web o redes sociales, para que muestren y promocionen los productos.
Contactar a esa persona puede ser algo exhaustivo, depende del influencer si cobra o no por anunciar (en efectivo o en especie) y habría que acordar las condiciones de los descuentos con él/ella. Es complicado, pero dependiendo del público meta de la empresa y del influencer, puede ser muy redituable y beneficioso para ambas partes.