¿Cómo saber cuándo un empleado es tóxico?
Para una empresa es muy importante aprender a reconocer cuando un empleado es tóxico, puesto que resulta indispensable aprender a lidiar con ellos, o en caso de ser necesario, alejarlo completamente porque no colabora con el crecimiento profesional de otros colegas, ni con el crecimiento empresarial.
Se puede reconocer fácilmente a este tipo de empleados si sigue estas características:
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Es negativo. Un empleado tóxico se caracteriza por sus quejas constantes. No está contento con nada y todo le parece insuficiente e inadecuado. Suele ser una persona que no sigue las reglas y no “se pone la camiseta” por la organización porque simplemente no se siente parte de ella.
- No acepta responsabilidades. Por lo regular, un empleado tóxico no suele aceptar que ha cometido un error, culpa a otros o busca excusarse con disculpas absurdas. Generalmente se muestra a la defensiva ante situaciones conflictivas y es incapaz de hacerse cargo de sus carencias e incompetencias.
Se ausenta constantemente. A causa de que el empleo no le causa compromiso, es normal que falte frecuentemente poniendo excusas familiares o personales, o simplemente no proporciona ninguna disculpa.
- Se distrae fácilmente y con regularidad. Si un empleado ocupa la mayoría de su tiempo laboral revisando sus redes sociales, se distrae en su Smartphone constantemente, se enfoca demasiado en mantener conversaciones con sus colegas más allá de realizar de sus actividades, no existe ninguna duda de que es un empleado tóxico del que la empresa puede prescindir.
Retrasa actividades. Deja sus actividades para “luego” o para “después”. Si algún colega le pide colaboración inventa excusas para “ayudarle más tarde”; siempre queda mal en la entrega de proyectos, incluso, podría ser de aquellos trabajadores que llegan tarde con mucha frecuencia.
- Crea discordias. Las quejas constantes de un empleado tóxico podrían ir más allá de solo lamentos. Podría resultar un dolor de cabeza para sus compañeros y jefes creando chismes y discusiones innecesarias, y gracias a sus quejas, hacer pesado el ambiente laboral, llenándolo de negatividad sin sentido.
Dirigir una empresa es todo un desafío, sobre todo cuando se presentan momentos en los cuales la sinergia con uno de tus empleados ya no es la que era, esta nunca se consiguió o algo ocurrió que se debe tomar tal decisión. Por eso saber cuándo es el momento preciso para despedir a un empleado es complejo.
Pero tampoco se trata de algo imposible de saber, porque existen algunos aspectos a los cuales debes prestar atención para saber que ahora es cuando debes hacerlo. Aspectos que te mostraremos en el siguiente artículo, ¡no te lo pierdas!
Dirigir una empresa es una gran responsabilidad
Buscar las mejores formas de que tu empresa sea un éxito y que este gran logro se mantenga en el tiempo es solo una parte de todo el trabajo que debes realizar. Porque por otra parte también se encuentra todo lo humano relacionado a tus empleados.
El personal de trabajo en una organización será seleccionado por personas especializadas las cuales sabrán identificar si efectivamente la persona cumple con las habilidades para desenvolverse en un puesto específico.
Pero pueden darse situaciones las cuales te tengan que obligar a despedir a un empleado, la pregunta clave es ¿cuándo es el momento?
¿Cuándo es el momento de despedir a un empleado?
El aspecto principal en el cual debes comenzar a pensar en que un empleado debe ser despedido, es cuando observas que este deja de ser un aporte para la fortaleza de tu negocio y pasa a ser una amenaza.
A veces ni siquiera sabemos por qué pasó de ser una buena relación u aporte a una relación que debe llegar a su fin. Pero las señales que te indicarán que el despido es irreversible son:
Su productividad ha disminuido: a todos nos puede bajar la productividad, pero si esto se ve constantemente con el incumplimiento de fechas o errores ya es tiempo del adiós.
- Busca problemas: cuando una persona comienza a crear rumores o a buscar peleas con otras personas lo mejor es dejarlo ir.
- Cuestiona todo: otro punto para prestar atención y que forma un caos de las buenas relaciones haciendo que el ambiente se torne hostil.
- Los clientes se quejan: puede ser que este empleado se encuentre atendiendo público, y si en reiteradas ocasiones te llegan quejas también es el momento del despido.
- Inasistencias: es normal que todos en algún momento por motivos de fuerza mayor, como la muerte de un padre no podamos asistir a trabajar. Pero si esto se hace recurrente sus tareas quedarán desatendidas y con ello el incumplimiento de ciertos objetivos empresariales. Lo que puede dañar enormemente el funcionamiento interno.
- No quiere mejorar: esta podría ser la razón por la cuela termines de tomar una decisión tan drástica como el despido. Porque todos podemos cometer errores, el problema se observa cuando el empleado no busca mejorar.
- Es problemático. Un empleado se vuelve problemático cuando incita negativamente a sus compañeros, cuando tiene conflictos con sus superiores o sus compañeros regularmente, cuando no obedece (voluntariamente decide no seguir indicaciones) y cuando pone en riesgo la integridad empresarial.
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No está listo para adaptarse a los cambios. El mercado global actual, se encuentra permanentemente evolucionando; empresa que no evoluciona al mismo tiempo, se queda atrás y poco a poco muere. Si un trabajador no fluye con la empresa, es mejor que no continúe formando parte de la misma.
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Es negativo. Un empleado tóxico se caracteriza por sus quejas constantes. No está contento con nada y todo le parece insuficiente e inadecuado. Suele ser una persona que no sigue las reglas y no “se pone la camiseta” por la organización porque simplemente no se siente parte de ella.
Se ausenta constantemente. A causa de que el empleo no le causa compromiso, es normal que falte frecuentemente poniendo excusas familiares o personales, o simplemente no proporciona ninguna disculpa.
Retrasa actividades. Deja sus actividades para “luego” o para “después”. Si algún colega le pide colaboración inventa excusas para “ayudarle más tarde”; siempre queda mal en la entrega de proyectos, incluso, podría ser de aquellos trabajadores que llegan tarde con mucha frecuencia.
Su productividad ha disminuido: a todos nos puede bajar la productividad, pero si esto se ve constantemente con el incumplimiento de fechas o errores ya es tiempo del adiós.

La demanda ha aumentado. Cuando el número de clientes aumenta significativamente y se mantiene a lo largo del tiempo, es momento de comenzar a pensar en contratar nuevo personal que se haga cargo, sobre todo, de la atención al cliente y la producción. Este hecho significa que existe la posibilidad de un crecimiento en la empresa y no es adecuado permitir que los clientes se vayan por falta de personal, se debe asumir el riesgo y afrontar el crecimiento.
Los empleados con los que se cuentan no son suficientes o están trabajando de más. Si un solo trabajador realiza las actividades que deberían llevar a cabo dos o más colaboradores, o algún área de la empresa se para constantemente por falta de personal, significa que las actividades son demasiadas y el personal muy escaso. No debe permitirse que los empleados afronten demasiadas actividades porque esto perjudica la productividad y desarrolla descontento.
El tiempo ya no es suficiente. Cuando el directivo, así como los empleados, ya no cuentan con tiempo suficiente para concluir las tareas, cuando se pasan más horas en el trabajo que con la familia porque no se da basto, es hora de contratar más personal; las tareas son excesivas y ya no alcanza con la mano de obra con la que se cuenta.
Personal para abrir una nueva área. Si la empresa va en crecimiento y se requiere la inauguración de nuevas áreas, es no solo importante sino necesario, contratar nuevo personal experto en esa materia.




Liderazgo efectivo. Ser líder no es lo mismo que ser jefe. Mientras el jefe ordena y regaña, el líder orienta y motiva. El maltrato de un jefe es una de las causas principales por las que el empleado decide retirarse de la organización. Por lo tanto, como directivo o ejecutivo de alta jerarquía debe buscarse el liderazgo y pensar en el buen trabajador como un recurso importante que agrega mucho valor al negocio. 
Realizar encuestas de satisfacción. Es importante que se reconozcan las necesidades del trabajador, y mediante encuestas quincenales o mensuales puede medirse el nivel de “felicidad” del trabajador que le interesa a la compañía retener para poder trabajar posteriormente en ese aspecto con él.
Cultivar las relaciones interpersonales. Lograr que se genere un buen ambiente entre todo el personal borrará la idea de los empleados de querer irse. Está comprobado que las relaciones amenas entre compañeros sostienen una fuerte influencia en las decisiones de permanencia o retiro del trabajador.
Escuchar atentamente. Parece que no importa, pero la escucha activa hacia el empleado puede permitir al directivo comprender exactamente lo que está pasando con el trabajador para tratar de remediar la situación y llegar a acuerdos concienzudos y efectivos para ambas partes. Muchas veces el problema principal no es tan grave que no pueda solucionarse únicamente escuchando con empatía.
Cambio de ambiente. Puede ser un cambio de sucursal, un cambio de puesto, un ascenso y la preocupación y logro de una mejora en el clima organizacional (si esto resulta necesario).